Los dedos en garra se manifiestan al nivel de la articulación metatarso-falángica, que presenta una dorsiflexión y solo sucesivamente se produce la flexión de la articulación interfalángica proximal y distal. Muy frecuentemente, esta deformidad está asociada al pie cavo por un probable desequilibrio entre los músculos extensores y flexores de los dedos.
Al igual que sucede con el dedo en martillo, la consecuencia de esta deformación es un apoyo excesivo de la extremidad del dedo en el suelo, o bien la formación de durezas por conflicto de las articulaciones inter-falángicas con el calzado. Con frecuencia, se involucran todos los dedos externos.
La dorsiflexión de la articulación metatarso-falángica frecuentemente lega a grados extremos y si no se corrige, se puede provocar la luxación de la articulación con pérdida definitiva de las relaciones entre la base de la 1ª falange y la cabeza del metatarso correspondiente.
El enfoque terapéutico de primera línea consiste en corregir la deformación del dedo, atrasando y resolviendo el avance de la enfermedad. El uso de órtesis correctoras/protectoras personalizadas benefician y alivian al paciente. Cuando el uso de calzado cómodo, el uso de órtesis de silicona o de otros dispositivos de protección de la zona dolorosa involucrada no resuelven el problema, es necesario recurrir a la intervención quirúrgica que, efectuada con el tratamiento de cirugía percutánea, permite curar el dedo en martillo a través de pequeñas osteotomías (se corta el hueso para acortar, alargar o modificar la alineación).
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